Por Biocomunicacion el 19/July/2019 en Divulgación, Difusión, Cultura, Compromiso Social View Comments
El alga exótica Rugulopteryx okamurae, proveniente de Asia, no se conoce con certitud cuándo recaló en el Estrecho de Gibraltar, pero se detectó en 2015 al devenir extraordinariamente abundante (súbita y explosiva expansión) sin poder disimular su presencia en la zona la cual, posiblemente, pasó por una etapa críptica anterior al poderse confundir con algunas especies nativas de aspecto muy similar. En un tiempo récord, pues, se ha desarrollado con una virulencia extraordinaria, hasta el punto de haber tapizado literalmente gran parte de los fondos rocosos iluminados del mencionado enclave geográfico. A finales de 2015, sólo de material de arribazón extraído de las playas de Ceuta por las máquinas de limpieza de playas, se retiraron más de 5000 toneladas.
Las Universidades de Sevilla, Málaga y Cádiz, han iniciado (o están en fase de hacerlo) investigaciones encaminadas a conocer mejor las fortalezas y debilidades del alga, de manera que puedan contribuir a establecer medidas de mitigación del problema y líneas de gestión y aprovechamiento de la gran cantidad de biomasa que, por unidad de tiempo, produce esta especie en la zona.
Arribazones masivos en las playas (con los costes de limpieza que ello conlleva), afección en el sector pesquero e impacto en la biodiversidad nativa son los tres grandes problemas que, provocadas por la nueva invasora, actualmente gravitan sobre las costas del estrecho de Gibraltar y áreas marinas próximas, dado que se va extendiendo progresivamente por las costas andaluzas atlántica y mediterránea. Las asociaciones ecologistas Verdemar Ecologistas en Acción y Agaden Ecologistas, junto a clubes de buceo (Club CIES Algeciras y Club Campo de Gibraltar de La Línea, entre otros) y la Asociación de Alumnas Algas del Estrecho, están participando activamente en la vigilancia y control de la expansión de la especie, así como de sus posibilidades de uso como recurso biológico. Las administraciones públicas locales, autonómicas y nacionales están actualmente implicadas en el tremendo desafío que ha supuesto para el equilibrio ecosistémico marino la progresión desmedida de esta espectacular bioinvasión. Aunque todavía la especie concernida no está declarada formalmente “especie invasora”, actualmente se han iniciado las diligencias oportunas para ser declarada como tal.